Durante siglos, el mercado global ha sido dominado por las gigantes empresariales y recaía sobre ellas, la lupa de las investigaciones, así como la obligatoriedad del cumplimiento de normativas: regulatorias, penales, tributarias, tecnológicas, entre otras.
Para la legislación, era más importante prevenir y gestionar los riesgos a los que se exponía una gran organización, que gestionar el campo de posibilidades de un pequeño comercio. Sin embargo, los autores de los delitos por el contrario, encontraban más posibilidades de engaño en pequeñas organizaciones, debido a :
1. Su falta de medidas para gestionar la prevención de riesgos;
2. Su escasa o nula implementación de programas de Compliance corporativo;
3. Los pocos recursos humanos, contactos y/o conexiones con las que contaban para generar una denuncia que tuviera el suficiente impacto en las instituciones judiciales;
Con el pasar de los años, han surgido terminologías que permiten propiciarles una seguridad legal a las pequeñas y medianas empresas (Pymes y startups), por lo que pueden contar con el respaldo judicial, al entrar como sujetos cualificados para la aplicabilidad de las normativas.
Sin importar que a lo largo de los años, los entornos más regulados fueran entidades de gran envergadura, hoy por hoy el modelo de riesgos y de cumplimiento normativo es adaptable a cualquier empresa sin importar su tamaño o sector.
En lo que al Compliance respecta, las obligaciones de cumplimiento son de aplicación a todo tipo de compañías. La mayor parte de las compañías no aprecian el riesgo que asumen al realizar cualquier tipo de contrato, ya sea laboral o profesional, actividad comercial, delegación de un servicio o subcontratación de empleados. Depositar la confianza en un tercero es la base para una relación efectiva, pero antes, se debería revisar "en quien" se está depositando esa confianza.
Dicho de otra forma, deberíamos revisar a quien le estamos abriendo las puertas de nuestro proyecto para que forme parte de él.
Evitar sanciones judiciales, minimizar los impactos pecuniarios y disminuir el riesgo reputacional, son solo algunas de las ventajas que presenta de forma general, la aplicación de un programa de Compliance.
Como claro ejemplo, en Madrid se organizó una mesa redonda virtual, con asistentes como Cumplen, la Asociación de Profesionales de Cumplimiento Normativo, y Madrid International Lab, en la que se abordó el tema del compliance tecnológico en el entorno de las Pymes y las Startups.
Con la ciberdelincuencia presente como el pan de cada día, se hace inequívoca la necesidad de brindarle un soporte a las Pymes, para que cuenten con una estructura de privacidad y seguridad, adaptada a su ámbito de acción.
Saiz, presidente de Cumplen, señaló que “la transformación digital es una apuesta de futuro hacia nuevos métodos de trabajo que aprovechen todo el potencial de la digitalización. Es una gran oportunidad para las empresas de actualizar su modelo de negocio y acceder a través de los nuevos canales a sus respectivos públicos objetivos”.
La ecuación es simple: Pyme/Startup + Transformación tecnológica + Adaptación de las normativas Compliance x sus respectivos públicos = éxito en el mercado (con resultados financieros, reputacionales y legales)